Una pareja salvadoreña triunfa gracias a la comercialización de tamales de elote

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Foto cortesía de Niky Riioss y Diario El Salvador.

Iris Amaya, de 34 años, originaria del cantón San Pedro Río Seco en El Divisadero, Morazán, y Rudy Ríos, de 36 años y proveniente de La Unión, son el corazón de una travesía culinaria. Juntos, llevan los auténticos tamales de elote salvadoreños a hogares y negocios en Maryland, Virginia y Washington.

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Cada mañana, se adentran en la cocina para preparar los tamales traídos desde El Salvador. Una vez listos, los empaquetan con esmero en hieleras para mantener su calidez, listos para conquistar los paladares de sus clientes.

“Tenemos diversidad de clientes, la mayoría son salvadoreños, pero muchos son centroamericanos, incluso estadounidenses. El sabor del tamal es auténtico salvadoreño, y nosotros se lo entregamos caliente”, afirmó Iris, quien lleva 12 años en EE. UU. junto a su esposo Rudy, actualmente establecidos en Maryland.

Su viaje emprendedor comenzó con pasos firmes. Después de trabajar en un restaurante internacional de hamburguesas, Iris encontró su verdadera pasión en la venta de tamales. A su llegada a Estados Unidos, lo hizo con su hijo Richard, entonces un bebé de nueve meses. Ahora, está a punto de cumplir 13 años.

El epicentro de la producción se encuentra en su hogar, donde Rudy y Ricardo, su hijo, se encargan de la distribución. Trabajan de lunes a sábado, extendiéndose incluso a los domingos si la demanda lo requiere, especialmente durante las festividades navideñas.

La unión no solo se refleja en la familia, sino también en el negocio. Hace dos años, Ricardo Bolaños, hermano de Iris, se unió a ellos. Con su propio vehículo, se aventura a repartir los tamales, compartiendo la pasión por el negocio y explorando nuevos horizontes.

“Me costó al principio aprender a conducir correctamente acá, porque traemos malos hábitos de nuestro país. El trabajo comienza desde la mañana y en ocasiones termina hasta las 11 de la noche. Lo que más me gusta es conocer nuevos lugares y convivir con la gente”, comparte Ricardo, quien tiene tres años en EE. UU. y un año dedicado a la industria alimentaria.

A pesar de sus habilidades en Ingeniería en Sistemas Informáticos, obtenida en El Salvador, Ricardo no descarta la idea de expandir la empresa familiar. Sueña con verla crecer y, eventualmente, poder ofrecer empleo a más personas, aunque también mantiene vivo el deseo de ejercer su profesión.

No limitan su oferta solo a los tamales. También incluyen productos lácteos con la misma modalidad de entrega a domicilio. Con una sólida base de datos de más de 15,000 clientes, Iris utiliza la tecnología para mantenerse en contacto con ellos, proyectando además la posibilidad de establecer un negocio en El Salvador.

“Mi sueño es tener una empresa más grande y poder darles trabajo a más personas. Además, invertir también en mi país”, comparte Iris con determinación.

Para contactar a esta vibrante familia culinaria y disfrutar de sus delicias, pueden comunicarse al (301) 975-7215 o visitar su perfil en Facebook bajo el nombre Niky Riioss.

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